Ayer en la tarde, un bebé de 2 años cayó al agua y hoy a las 8am fué declarada su muerte cerebral. Esfuerzos infinitos. Dolor impensable. Conocidos, empatía natural. En mi casa tengo un niño de 3 años que es la luz de mis días. Cuando veo atravesar frente a mis ojos estas historias verdaderas, no puedo más que detenerme unos instantes y reconocerme afortunada, miedosa, quebrantable.
¿A quién agradecer? ¿A quién mentarle su madre? ¿A quién abrazar primero?
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