Saturday, December 07, 2013

Correr sin morir en el intento.

Bueno, agreguemos este, a la enorme lista de blogs disponibles que hablan acerca de correr. Uno más. O uno menos. Da igual. El caso es correr. No importa dónde, cuánto, ni a qué velocidad. Sólo correr.


¿Quieres correr? ¿Quieres correr y no morir en el intento?
Muy bien. Hazlo. Párate a la entrada de tu casa, respira profundo y comienza a caminar. Pasados unos minutos, intenta trotar un poco, respira, trota sólo un poco, hasta llegar a la esquina, o a la tiendita... Trota tranquilo durante un minuto y vuelve a caminar. Cuando hayas recuperando el aliento, vuelve a trotar otro minuto... Y después camina para recuperarte. 1 minuto más trotando... Sigue así hasta que completes 30 o 35 minutos y vuelvas a estar de regreso frente a tu casa. Muy bien. Acabas de completar tu primera sesión de entrenamiento. De verdad.

Quítate la pena. Nadie nació maratonista. Y, a menos de que hayas nacido keniata, tus probabilidades de haber desarrollado tus habilidades de corredor elite durante la infancia, son mínimas. Todos tuvimos miedo la primera vez. Miedo a sentir dolor. A bofearnos. A encontrarnos a nuestra vecina la súper-corredora-consumada-y-buenota y que nos viera desfallecer a los 30 segundos de empezar a trotar. Todos creímos que esos primeros 5K eran inalcanzables. Todos pensamos que las rodillas se nos iban a doblar, o a hinchar, o a romper. Que seríamos una burla desdichada de atletas wannabes... Le creímos a nuestra compañera de trabajo envidiosa cuando comentó "ya estamos viejas para esos trotes". Yo también creí que correr requería algún don extraordinario. Y poco a poco me he dado cuenta que lo único que se necesita es... Hacerlo.

¿Quieres correr? Corre. Ayer trotaste 1 minuto. Llegaste a casa sonriendo y sudando. Hasta pensaste que es lo más absurdo que has intentado en cuestiones de ejercicio (a mi entender hay disciplinas más absurdas, pero ese es tema de otro post). ¿Quieres correr más? Repite el procedimiento. Párate a la entrada de tu casa, respira profundo y comienza a caminar. Pasados unos minutos, intenta trotar un poco, respira, trota sólo un poco, hasta llegar a la avenida principal o a donde esta parada esa muchacha... Trota tranquilo durante dos minutos y vuelve a caminar. Cuando hayas recuperando el aliento, vuelve a trotar otros dos minutos... Y después camina para recuperarte. 2 minutos más trotando... Sigue así hasta que completes 30 o 35 minutos y vuelvas a estar de regreso frente a tu casa. Muy bien. Acabas de completar tu segundo entrenamiento. No es broma. Así empezamos todos.


Quítate la flojera. Todos encontramos miles de pretextos para quedarnos en casa, durmiendo, con los niños, cocinando, checando el facebook. Todos creímos estar demasiado cansados para ni siquiera intentarlo. La noticia es: la estadística mundial dice que el mayor porcentaje de corredores es mujer, y la gran mayoría, tienen hijos, marido y trabajo... ¿Qué te hace diferente a ellas? Los pretextos. A ellas ya se les acabaron.

¿Quieres correr? CORRE. Ámate lo suficiente como para creer que mereces estar sana, fuerte y en forma. Para creer que eres lo suficientemente valiosa como para merecer invertir tiempo en tí. Para decidir y actuar en aras de tu salud física y emocional, sin que nadie lo impida.
Ámate, celébrate y actívate, que nadie va a hacerlo por tí.

Una vez que lograste tus primeros entrenamientos vas a descubrir que hasta el humor te cambia. Yo me pongo de buenas. Sonrió más, peleo menos. Cocino más rico y el cuerpo ya está agarrando forma. Aunque claro, a veces las piernas me duelen, tengo que dormirme tem-pra-no para poder hacer rendir el día, he tenido que sacrificar algunos eventos sociales para poder descansar, y a veces soy tachada de obsesiva... Pero nada de esto me molesta, porque cuando pongo todo en la balanza, cada kilómetro recorrido ha valido la pena.

¿Quieres correr? CORRE. Corre y no pares.


Y POR FAVOR... cuando alguien te platique que corrió una carrera, no le preguntes "en qué lugar quedó". Sólo sonríe y reconoce su esfuerzo. Muchos de nosotros (la mayoría, creo) no corremos por un lugar en el podium, vamos, nuestros tiempos ni remotamente se acerca a los récords de los que ganan las carreras. Pero te aseguro que entrenar y tener la disciplina suficiente para cruzar la meta, nos cuesta el mismo trabajo y esfuerzo que a cualquier atleta profesional.

No corremos para ganarle a nadie. Corremos para celebrarnos a nosotros mismos. 


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