Cuando estás rota en pedazos
hace falta un buen pegoste...
Sí, la esperanza muere al último, pero también tiene consecuencias.
Cuando estás metida bajo las sábanas
no es necesario desnudarse,
el simple hecho de estar ahí basta para ver bajo la ropa, e imaginar cuanto sea necesario.
Cuando el aire es tan pesado que no puedes respirarlo
solo hay que cerrar los ojos,
y esperar a que salga de nuevo el sol.
Amanecer sin neblina. 2009.
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