no sé en qué nivel estoy, pero mañana trabajo otra vez desde las 7.

Las horas transcurren vacías. Te veo y te amo más que nunca. De pronto, tras la tormenta sale el sol. El cielo se abre como encerrado bajo cuatro paredes y al fondo se ve la luz de tus ojos cuando me ves. Truenas la lengua. Buscas mi sonrisa y casi sin querer, la obtienes.

Las frases se leen cansadas. Te huelo y te amo más que nunca. Sin querer hurgas en mi pecho, me haces la promesa de un "acto" indecoroso que no entiendo y me reconfortas el alma. A traspiés dejas caer de tus manos las maletas, como si hubieras llegado para quedarte siempre, convencido.

Los lugares se sienten absurdos. Te amo y soy más tuya que nunca. Con un suspiro que me arrancas, accedo a recostarme a tu lado, esperando a que me toques de una buena vez. Has entendido que no es necesario comprender cada instante, que vale más besarme sin importar el sabor del beso y me aprietas contra tu cuerpo.

Las gracias no son necesarias. Las cosas son porque son.