lo rijo
lo lijo
lo muerdo
lo respiro.
No vuelvas a buscar refugio.
Cuando andes lejos del camino, ve al sol.
Si tienes hambre cierra los ojos, suspira, saca esa opresión del pecho y sueña.

Yo nunca apuesto al número 100.
Simplemente no suelo cometer los mismo errores.
Y la próxima vez, no habrá apuesta.
No apostaré a lo ganado.
Solo seré la edecán que entregue el premio, y ese premio no necesita promesa.
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