Hoy pensé otra vez en guardarte bajo una nube de esas que solo se ven en los amaneceres del Mar de Cortés.
Y te abracé bajo las sábanas solo para recordar lo mucho que no quiero odiarte.
Cuando cierro los ojos y recuerdo, no sé si salir corriendo o quedarme quieta esperando al siguiente avance. Cuando abro los ojos y te veo ahí tendido, con tus labios sobre los míos, tiemblo y me dan ganas de hacerte gritar.
No comments:
Post a Comment