Cuando veo tus ojos dormidos, no puedo más que tratar de imaginar qué sueñas. Vago en el vacío hasta que anclo una idea, la mezclo con lo acontecido en el día y sonrío.
Seguramente estás tan cansado que no piensas, pero nada hará lo suficiente para evitar que sueñes.
Me pregunto si sueñas conmigo (y ya sé la respuesta), me incomodo dándome cuenta con cuántas otras personas podrías compartir estas inagotables horas (y no me agobio). Sin querer (y sin aviso previo) tu brazo se acomoda junto al mío. Pienso que pronto me ha de abrazar y (aunque esto no suceda) me acurruco cómodamente en ese huequito que me pertenece.
Me gusta verte dormir, pero más me enamora pensar que sueñas conmigo.
1 comment:
Me agradó. No puedo decir otra cosa. La profundidad, la síntesis, todo.
Post a Comment