Ya te lo dije, extraño tus letras diabólicas. Cuando las busco y no están, pienso dónde andarás, si estarás inmerso en algún proyecto desastroso o si estarás empiernado en algún recoveco ajeno. Te pienso en la infancia, nuestra niñez. Te añoro jugando jessi. Me imagino los lugares que visitas y se me antoja estar ahí, contigo, echando desmadre, vitoreando a algún inocente peatón gracioso que nos haga reír.
Aún no te lo he dicho, pero me das envidia. Me gusta tu andar, tu facha semi-pulcra y ortodoxa. Quisiera tener esa devoción a las causas perdidas, tu interés por aquellos mundos que secretamente quisieras gobernar. Me dan ganas de ser como tú cuando sea grande. Quisiera muy en el fondo que admiraras mi absurda rebeldía, mi sed de tequila, mi mundo ideal.
Nunca lo sabrás, pero ese hermano que tengo me cae bien, se burla de mí y me incita sin querer a buscar fronteras inexploradas y de pronto me regresa a lo mundano cuando con un sano comentario de auto-burla de desdobla ante mí y me abraza... aunque nunca besa mi mejilla, siempre habita mi corazón.
1 comment:
¡Hola, Ale!
Soy Adriana, amiga del abuelo, me pasó el link de tu blog para que leyera esto que le escribiste, ¡y me encantó!
Gracias por arrancarme una sonrisa :)a
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