Me levanté frenéticamente y de pronto. Con la mirada aturdida te busqué. Si mal no recuerdo, al cerrar los ojos y dormir, estabas a un lado mío. ¿Dónde estás? Te me perdiste. Algo me hizo despertar así tan de fregazo solo para descubrir que no estás. 
Me levanto de la cama y me descubro desnuda. Busco a tientas algo con qué cubrirme. Comienza a subir mi frecuencia cardiaca nomás de pensar qué algo pudo haberte pasado. Me apuro, medio meto los pies en unas chanclas que no me quedan y te llamo. Por un instante me quedo inmóvil, trato de escuchar algún sonido y el completo silencio me da miedo. Salgo del cuarto, casi piso un gato y me asusto. Vuelvo a llamar tu nombre. Reviso el baño. Prendo las luces de la cocina. Checo que cada puerta esté bajo llave. De reojo el reloj me dice que han pasado 7 minutos exactos desde que desperté… y sigo sin encontrarte. Abro la última puerta ya sin esperanza, y un poco haciéndome a la idea de que te has ido. Al abrirla de golpe me alcanza el estruendo de una canción que no reconozco, que no entiendo, que jamás he oído. La piel me vibra con cada nota grave que escupe el buffer. Respiro el olor a sudor, a trasnochada. Y una vez más, como siempre he sabido, en el sonido te encuentro.
Me levanto de la cama y me descubro desnuda. Busco a tientas algo con qué cubrirme. Comienza a subir mi frecuencia cardiaca nomás de pensar qué algo pudo haberte pasado. Me apuro, medio meto los pies en unas chanclas que no me quedan y te llamo. Por un instante me quedo inmóvil, trato de escuchar algún sonido y el completo silencio me da miedo. Salgo del cuarto, casi piso un gato y me asusto. Vuelvo a llamar tu nombre. Reviso el baño. Prendo las luces de la cocina. Checo que cada puerta esté bajo llave. De reojo el reloj me dice que han pasado 7 minutos exactos desde que desperté… y sigo sin encontrarte. Abro la última puerta ya sin esperanza, y un poco haciéndome a la idea de que te has ido. Al abrirla de golpe me alcanza el estruendo de una canción que no reconozco, que no entiendo, que jamás he oído. La piel me vibra con cada nota grave que escupe el buffer. Respiro el olor a sudor, a trasnochada. Y una vez más, como siempre he sabido, en el sonido te encuentro.
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