Thursday, June 01, 2006

EU QUERO VOLAR...! Paracaidismo El Sol!

Les platicaremos nuestra más reciente (y temeraria) hazaña de los últimos tiempos...A sugerencias del buen Román (papayaaaaa!) se me ocurrió (como buena y abnegada mujercita) invitar al Doc a tirarse de un avión a 13mil pies de altura sobre los aires de Baja California Sur... jajaja! Sí! Paracaidismo, skydiving o intento de suicidio... como le quieran llamar! Decidí entonces organizar con (el instigador) Romio todo para que fuera sorpresa el gran salto y programamos la aventura para el domingo 21 de mayo de 2006, 4:00 pm.

Román se encargó de hacer el booking con los compas de PARACAIDISMO EL SOL http://www.paracaidismoelsol.com y quedamos de reunirnos el domingo a las 3pm en el puente de Cabo del Sol... Nuestro querido Dr. Zarco solo había recibido el siguiente mensaje: "No hagas planes el domingo, tengo una sorpresita para tí. Tenemos que salir de la casa a las 2:40pm", él muy obediente se dejó convencer sin saber absolutamente nada de lo que íbamos a hacer.

El sábado anterior al salto, Noé y Karla nos invitaron a festejar en una carnita asada, y conforme avanzaban las horas (y corrían las chelitas con clamato) a mí se me alborotaban las ganas de decirle a Eduardo qué haríamos al día siguiente, piensen que yo tuve toda una semana para digerir el miedo (más bien terror), pero él... se iba a enterar unas pocas horas antes del salto y una de dos, o se venía un malestar estomacal severo o entraría en shock... jajaja... Pues ambas cosas sucedieron... por ahí de las 4am le pregunté si se acordaba lo del plan que teníamos para el domingo y me dijo que sí. "Ah... pues vamos a saltar de un avión", contesté.

Sí, con esa cara que se imaginan Eduardo se fué a dormir, amaneció y siguió hasta las 4pm del día siguiente.

Puntualísimos todos (ellos Román y Mariana, nosotros los Zarco) nos encontramos y nos dirigimos hacia el Restaurante Tabasco que está en la mera playa en CSL... Ahí conoceríamos al staff de skydivers, firmaríamos los papeles (del terror), saldríamos con destino al aeropuerto de CSL, y finalmente aterrizaríamos en paracaídas.

Ahí en el Tabasco conocimos a Jonathan (skydiver profesional, dueño del club, camarógrafo de Lal), a Karen (skydiver profesional, esposa de Greg y quien nos explicó lo de los papeles y nos echó porras), a Greg (skydiver profesional, instructor y gurú de Lal) y a Sam (skydiver profesional y mi camarógrafo).

Nos tomamos un refresquito, pagamos, firmamos los papeles, escuchamos los relatos de Román y Mariana (quiénes ya habían saltado y nos esperarían al regreso) y nos terminamos de poner nerviositos. Esta foto que ven a la izquierda fue tomada justo antes de salir.

Avanza el tiempo, la decisión de saltar ya está tomada. Cada vez nos sentimos más cerca, más nerviosos, más animados. No hay vuelta pa atrás.

Nos subimos a la van que nos llevó hasta el aeropuerto de CSL de donde saldría la avioneta para aventarnos al vacío. Llegando conocimos a Eric (skydiver profesional y mi instructor) y a Demian (skydiver profesional y piloto aviador). El equipo estaba completo: 2 inocente incautos, 2 instructores, 2 camarógrafos y un piloto... Por supuesto los paracaidas, el avión y el cielo nos esperaban. Nervios al 100%. Ni Eduardo ni yo podemos creer lo que estamos a punto de hacer... ¿alguien realmente se imagina nuestras caras?

Greg y Eric se encargan de ponernos los arneses, asegurar el equipo, darnos las instrucciones básicas para el salto. Broma aquí, broma allá. Caras de miedo, risitas nerviosas. Jonathan y Sam graban todo. 8 minutos después dan autorización para iniciar abordaje y despegar. Nos tomamos la última foto en tierra antes del despegue.

Empieza a fluir la adrenalina y ahora sí, YA NO HAY PA DÓNDE CORRER.

Una vez sentaditos en la avioneta (no hay asientos normales, son como banquitas, además ya vas pegado a tu instructor, técnicamente es lo que llamaríamos "vuelo con arrimón" jaja), los nervios y la emoción crecieron proporcionalmente a la altura que ganábamos a cada segundo de vuelo. Todos vamos contentos, platicando, recibiendo las últimas instrucciones, admirando el paisaje. La incertidumbre, el miedo, la adrenalina... todo se mezcla en algo que no se puede explicar. Seguimos ganando altura, recuerden que el salto se hace a 13mil pies de altura (¡algo así como 4km!), y de pronto la avioneta da una vuelta impresionante y se inclina hacia arriba como escalando el aire... las tripas se te revuelven con el alma, pareciera que vamos en una montaña rusa sin previo aviso, estamos en la recta final, ya rebasamos los 8mil pies de altura.

Greg y Eric se encargan de la última revisión de los arneses, los 4 puntos de seguridad que unen nuestros cuerpos a los de ellos, nos saludamos y nos deseamos buen salto entre todos. Entonces volté a ver a Eric y le dije que por favor no me fuera a soltar... ¿?... y me contestó: "just remember, wherever you go, I go with you, so lets have some fun girl!".

Sin más, la delgadita mica que nos separa del vacío se desliza hacia arriba y quedamos al descubierto de la inmensidad. Beso de despedida antes de saltar.


Trece mil pies de altura, el cielo azul, el aire frío. Sale Jonathan del avión y se queda colgado esperando a saltar con Greg y Lal, quienes se acomodan al filo del avión, listos para volar... ¡TRES! ¡DOS! GOOOOOOOOOOOOOOO000000..... y el vacío se traga a Jonathan, a Greg y a Eduardo Zarco alias el galeno erótico jajaja!

Yo, al fondo de la avioneta, sin poder quitar mi cara de estrés, totalmente repegada a Eric y preparándome para mi propios salto, ví como Sam salió del avión para esperarnos ahora. Estamos en la orilla del avión, el instinto me hace voltear hacia abajo, pero inmediatamente Sam y Eric lo evitan. Casi sin darme cuenta estoy ahora yo en cuenta regresiva y de pronto ¡zaz!... ESTOY VOLANDO.

Altura del salto: 13mil pies
Velocidad en caída libre: 250-300 km/hr
Duración de la caída libre: 45 seg
Duración de la caída con paracaídas abierto: 7-8 min

¿Pueden creer que lo hicimos?

La sensación de caída y la adrenalina opacan por completo el miedo. La caída es tán rápida y el viento tan fuerte, que el estruendo confunde a los oídos. Pocas cosas he sentido en mi vida, tan intensas como esta. El camarógrafo va frente a uno captando cada instante de euforia, la más mínima señal de alerta, la fisionomía desbaratada por el aire, los gestos deformes, el entorno qué es más mágico que como nunca lo hubiéramos visto antes.


Cuando el paracaidas se abre se siente un jalón fuerte hacia arriba, de pronto todo se convierte en perfecto silencio y la sensación de flotar es abrumadora. Se siente el cielo de un intacto color azul, se ve el mar de mil profundidades, se ve la tierra con sus bordes y ese color y esa textura tan característicos de Baja California Sur. A la derecha se ve San José, a la izquierda el último pedazo de península, hacia abajo el planeta tierra. Todo en perfecto silencio. No hace frío ni calor. Pareciera que no hay rumbo, no se puede más que admirarlo todo.

Poco a poco la distancia con el suelo se acorta. Nuestros instructores nos permiten tomar los toggles y "pilotear" el paracaidas un poco, nos enseñan cómo dar vueltas y cómo enderezarnos depués. Qué privilegiados de poder ver a México desde ese lugar de donde no todos pueden hacerlo. Seguimos bajando.

De repente empezamos a sentir un poco más la velocidad, el mar se acerca, la tierra se acerca. Nuestros instructores nos dan las indicaciones para el aterrizaje. Poco a poco se acerca el final. El primero en aterrizar es Sam, luego Jonathan, ambos siguen grabando cada detalle y al mismo tiempo toman fotos. Enseguida llegan Greg y Eduardo y finalmente Eric y yo colgada de él. Aterrizajes perfectos en la playa.

Luego de tocar tierra, tanto Eduardo como yo estuvimos absolutamente eufóricos durante un buen par de horas. 1 cubeta de cervezas. Nos sentamos a platicar con Román y Mariana que nos esperaron para oir cada detalle de nuestros relatos (y no solo lo oyeron una vez, sino varias!). Otra y otra cubeta de cervezas. Se nos unen Greg y Karen. Absolutamente toda la plática gira en torno al cielo, a la caída, al salto, al vuelo, al miedo, la adrenalina... y hasta el día de hoy no nos hemos podido quitar la sonrisa de la cara.
¿Lo volveríamos a hacer?
¡Sin pensarlo...! ¿Quién invita la siguiente ronda?

PD: Tenemos los videos disponibles, al que quiera verlos nos avisa.

1 comment:

Jos Velasco said...

Justo estaba comentando con mi ejem... casi novia si algún día sería bueno aventarnos de un paracaídas... leímos tu entrada cada quien desde su casa y pues como que nos agradó bastante la idea.

Todo un flujo de emociones... :o wow...


Palabrejas Pegadoras

Archivo Letrístico